Nuestra identidad 2: ¿Por qué nos llamamos Santo Tomás?
28 de enero: cada año celebramos la fiesta de nuestro santo patrón: Tomás de Aquino. Normalmente la fiesta de un santo coincide con el día de su muerte, que es su entrada en la gloria. En nuestro caso, celebramos a Santo Tomás no el 7 de marzo (día en que murió en el año 1274), sino el 28 de enero; recordando el traslado, en 1369, de sus restos mortales desde el monasterio italiano de Fossanova a la catedral francesa de Toulusse. Para entonces ya había sido declarado santo y el pueblo cristiano lo tenía en gran estima.
Su vida se presenta como un estímulo también para el hombre de nuestro siglo. Especialmente por la responsabilidad con que hizo fructificar todas las cualidades humanas que había recibido. Su extremada inteligencia, poco común, se movió en un horizonte amplio, abierto, donde pudo expresar lo mejor de sí. Valoró todos los métodos científicos de su época que le permitían adentrarse en lo más profundo de la realidad en toda su extensión y complejidad y supo armonizar los logros de este campo con el contenido revelado de la fe cristiana.
Si la realidad que nos interpela a su conocimiento es objetiva y única, aunque enriquecida a la vez de múltiples aristas y dimensiones, entonces podrá ser conocida siguiendo caminos y métodos diversos, pero cuyos resultados, si son verdaderos, nunca deberían ser opuestos entre sí. El llamado “realismo” de Tomás de Aquino y de los clásicos radica esencialmente en ese “respeto” al ser, a la realidad en sí misma y como algo distinto de quien la conoce. Y precisamente porque es independiente del sujeto, éste se abre y la acoge y recibe como un don. Se recibe, sí, desde un determinado ángulo pero no se agota ni es creada por el sujeto.
Desde esta postura nos estimula a no reducir el acceso de nuestro conocimiento meramente a los objetos materiales y experimentables, sino, más bien, a abrirse a los “grandes interrogantes sobre la vida, sobre sí mismo y sobre Dios”. Por esta razón, Sto. Tomás “ofrece un valioso modelo de armonía entre razón y fe, dimensiones del espíritu humano que se realizan plenamente en el encuentro y en el diálogo entre sí”[1].
Queda en pie la invitación a toda la comunidad tomasina de asumir el desafío de establecer relaciones de armonía entre fe y razón para crecer en la verdad. Pues, tal como ha recordado recientemente Benedicto XVI: “Sería pobre una educación que se limitase a dar nociones e informaciones, pero que dejase a un lado la gran cuestión acerca de la verdad, sobre todo aquella verdad que puede guiar nuestra vida”[2].
NUESTRA IDENTIDAD y ¿SABÍAS QUE SANTO TOMÁS…? (Santo Tomás Informa)
JUSTIFICACIÓN
Nuestra institución educativa toma el nombre de santo Tomás de Aquino porque, como ya vimos, lo tenemos como patrón y como modelo.
Con el objetivo de ir descubriendo el núcleo más profundo de nuestra identidad como comunidad educativa a la luz de su vida y doctrina, sucesivamente presentaremos episodios relevantes de su vida y abordaremos algunos de sus puntos centrales acerca de su visión del ser humano que nos ayuden a profundizar más en su inspiración en nuestra tarea.
Agradecemos los aportes de las reflexiones y esperamos nos sean de gran ayuda a todos.
[1] SS. Benedicto XVI, Angelus 28 enero 2007.
[2] SS. Benedicto XVI, Audiencia 21 enero 2008.