La Lealtad

Las circunstancias que vivimos y que nos han obligado en cierta manera a restringir los vínculos que establecemos con otras personas, nos han hecho tomar una mayor conciencia de la importancia que tienen para nuestra vida las relaciones que establecemos con los demás, de la importancia que tiene ser parte de una familia y de una sociedad.

Este pertenecer a una familia, pertenecer a una sociedad es algo más que compartir un espacio y/o un tiempo con otros, es algo más que vivir juntos. En las relaciones que establecemos con los demás logramos bienes que redundan en beneficio de todos y que no podríamos conseguir en solitario. Somos una comunidad no solo un grupo y esta comunidad hay que cuidarla y hacerla crecer con el aporte de todos y cada uno de los miembros que la componen.

En este empeño por el cuidado de la familia, por el cuidado la sociedad tiene un papel fundamental el cultivo en cada uno de nosotros de la virtud de la lealtad.

La lealtad consiste en la honestidad consigo mismo y con los demás, en la fidelidad a uno mismo y a las personas y en responder a la palabra dada, sea ésta explícita –caso de las promesas- o implícita como en el caso de la convivencia.

“Puesto que el hombre es por naturaleza un animal social, se le exige por una cierta honestidad decir la verdad a los demás, sin la cual no sería duradera la sociedad humana.” (Sto. Tomás, Suma Teológica, II-IIa, q. 114, ad. 1)

La lealtad consigo mismo implica la coherencia de vida, manifestarse con sencillez, sin doblez en el trato ni en las palabras, y aceptar nuestra verdad reconociendo lo que somos y lo que hemos hecho, sea bueno o malo, ante nosotros y ante los demás.

La lealtad también es honestidad con los demás, siendo veraces y fieles a los compromisos adquiridos.

Faltamos a la lealtad cuando mentimos y cuando intencionadamente no cumplimos con nuestros compromisos.  Cuando se promete algo y se tiene intención de cumplirlo no se miente porque no hay contradicción entre lo que se habla y lo que se piensa; pero al no poner por obra lo que se ha prometido se falta a la fidelidad al cambiar de propósito.

Ser leal en ocasiones requiere una defensa audaz de la verdad, cuando esta se está poniendo en juego, ya sea porque se está afirmando lo contrario de lo que es o porque se están exagerando o aminorando, algunas circunstancias de los hechos que nos constan que no son así. En otras ocasiones supondrá abstenernos de participar en comentarios o críticas que se hacen de otras personas y de las que no tenemos evidencia.

Por otro lado, la lealtad requiere la fidelidad en el cumplimento de nuestros compromisos, aunque a veces nos resulte más fácil y cómodo buscar alguna excusa o justificación para no llevarlos a cabo. Nos ayudará a vivir esta fidelidad reflexionar sobre el bien a lograr con nuestro compromiso y ponernos en el lugar de la persona que es defraudada por nuestra falta de fidelidad.

La deslealtad atenta contra uno de los pilares básicos, necesarios y más delicados para el establecimiento de vínculos sólidos entre las personas: la confianza.

Por último, es importante destacar que lealtad no es lo mismo que complicidad. Podemos confundirnos y pensar que somos leales cuando pensando en no perjudicar a una persona ocultamos sus faltas y dejamos que permanezca en ellas pudiendo evitarlo.  En estos casos la lealtad estará más en ayudar a la persona a reconocer, corregir y enmendar su mal proceder, aunque esto pueda suponer cierta incomodidad para nosotros; que en dejarla en su falta por temor a disgustarla.

Cultivar la lealtad es muy importante para el desarrollo de nuestra vida familiar y social ya que nos facilitará establecer relaciones basadas en la confianza y generar vínculos cada vez más sólidos entre nosotros que nos permitirán formar mejores familias y una mejor sociedad.

Para reflexionar:

1.- ¿Qué consecuencias para la familia y para la sociedad, percibo que genera la falta de confianza en las personas?

2.- ¿Qué dificultades tengo para vivir la lealtad tanto en la dimensión de la verdad como en la de la fidelidad?

3.- ¿Cómo trato de superar las dificultades que puedo tener para ser leal?