¿Dónde están los hijos?

La Educación de los Hijos

Iniciamos la primera serie de las cápsulas Berit con el capítulo séptimo de la exhortación Amoris Laetitia del Papa FranciscoFortalecer la educación de los hijos.

 

Los padres siempre inciden en el desarrollo moral de sus hijos, para bien o para mal. Por consiguiente, lo más adecuado es que acepten esta función inevitable y la realicen de un modo consciente, entusiasta, razonable y apropiado.

La función educativa de las familias es muy importante y se ha vuelto muy compleja.

 

¿Dónde están los hijos?

 

La familia no puede renunciar a ser lugar de sostén, de acompañamiento, de guía, aunque deba reinventar sus métodos y encontrar nuevos recursos. Necesita plantearse a qué quiere exponer a sus hijos. Para ello, no debe dejar de preguntarse:

  • quiénes se ocupan de darles diversión y entretenimiento,
  • quiénes entran en sus habitaciones a través de las pantallas,
  • a quiénes los entregan para que los guíen en su tiempo libre.

 

Sólo los momentos que pasamos con ellos, hablando con sencillez y cariño de las cosas importantes, y las posibilidades sanas que creamos para que ellos ocupen su tiempo, permitirán evitar una nociva invasión.

 

1) Siempre hace falta una vigilancia. El abandono nunca es sano.

  • Los padres deben orientar y prevenir a los niños y adolescentes para que sepan enfrentar situaciones donde pueda haber riesgos, por ejemplo, de agresiones, de abuso o de drogadicción.

 

2) Pero la obsesión no es educativa, y no se puede tener un control de todas las situaciones por las que podría llegar a pasar un hijo.

  • Si un padre está obsesionado por saber dónde está su hijo y por controlar todos sus movimientos, sólo buscará dominar su espacio.
  • De ese modo no lo educará, no lo fortalecerá, no lo preparará para enfrentar los desafíos.
  • Lo que interesa sobre todo es generar en el hijo, con mucho amor, procesos de maduración de su libertad, de capacitación, de crecimiento integral, de cultivo de la auténtica autonomía.
  • Sólo así ese hijo tendrá en sí mismo los elementos que necesita para saber defenderse y para actuar con inteligencia y astucia en circunstancias difíciles.

 

Entonces la gran cuestión no es dónde está el hijo físicamente, con quién está en este momento, sino dónde está en un sentido existencial:

 

  • Dónde está posicionado desde el punto de vista de sus convicciones, de sus objetivos, de sus deseos, de su proyecto de vida.

 

Por eso, las preguntas que hago a los padres son:

  • ¿Intentamos comprender “dónde” están los hijos realmente en su camino?
  • ¿Dónde está realmente su alma, lo sabemos?
  • Y, sobre todo, ¿queremos saberlo?

 

Francisco, Amoris Laetitia, nn. 259-261. www.vatican.va

 

 

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Para profundizar, sobre los “padres helicópteros” (obsesivos):