Actitud de servicio

(Textos tomados del capítulo cuarto de la exhortación Amoris Laetitia del Papa Francisco)

«El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no hace alarde, no es arrogante, no obra con dureza, no busca su propio interés, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta» (1 Co 13,4-7).

 

Nuestro amor cotidiano

(n. 93) “La ‘paciencia’ nombrada en primer lugar no es una postura totalmente pasiva, sino que está acompañada por una actividad, por una reacción dinámica y creativa ante los demás.

  • Indica que el amor beneficia y promueve a los demás.”

(n. 94) “El amor no es sólo un sentimiento, sino que se debe entender en el sentido que tiene el verbo ‘amar’ en hebreo: es ‘hacer el bien’.

  • Como decía san Ignacio de Loyola, «el amor se debe poner más en las obras que en las palabras».

Así puede mostrar toda su fecundidad, y nos permite:

  • experimentar la felicidad de dar,
  • la nobleza y la grandeza de donarse sobreabundantemente,
  • sin medir, sin reclamar pagos, por el solo gusto de dar y de servir.”

Para reflexionar:

  • ¿Demuestro mi amor con una actitud de servicio dinámico y creativo hacia todos en mi familia? ¿O me quedo solo en sentimientos y palabras?
  • ¿Experimento en mi familia la felicidad de dar, el gusto de servir, de donarme sin medida, sin exigir retribuciones a cambio?

La Beneficencia en la Suma Teológica de santo Tomás de Aquino: II-II, q.31.